Hola compañeros, hoy os quiero hablar sobre un tema muy interesante para implementar en nuestras aulas relacionadas con el autocontrol infantil. Recordamos que el autocontrol es una habilidad crucial que todos los niños deben desarrollar a medida que crecen. Les permite regular sus emociones, tomar decisiones más conscientes y enfrentar desafíos de manera efectiva. Una técnica efectiva para promover el autocontrol en los niños es conocida como la «Técnica de la rana». Esta estrategia lúdica y educativa ayuda a los más pequeños a aprender a gestionar sus impulsos y emociones de una manera positiva.
La «técnica de la rana», desarrollada por Eline Snel en su libro “Tranquilos y atentos como una rana. La meditación para niños…con sus padres”, es un método de meditación sencillo especialmente diseñado para los más pequeños de casa; un ejercicio que enseña a los niños a detenerse, pensar y tomar decisiones conscientes en momentos de impulsividad.
Esta técnica es fácil de realizar y puede ser adaptada a la edad y capacidad de cada niño, por lo que es una herramienta accesible para todos. Al enseñar a los niños cómo controlar sus emociones y sus cuerpos, estamos ayudándoles a desarrollar habilidades valiosas que les serán útiles a lo largo de su vida.
¿Cómo se realiza?
- Explica a los niños en qué consiste la técnica.
Un paso esencial al aplicar la técnica de la rana es explicarles a los niños en qué consiste el ejercicio y cuáles son los beneficios que les brindará. Es importante que no se sientan obligados a realizar la técnica, ya que podrían verla como un castigo y, en lugar de aprender a relajarse, es probable que terminen sintiéndose frustrados. Podrías decirles algo como: «Vamos a jugar a que eres una rana, y tienes que intentar quedarte quieto como ellas lo hacen. Yo te guiaré y, al finalizar, notarás que te sentirás más tranquilo y relajado. ¿Te gustaría intentarlo?»
- Pide que imiten la postura de la rana.
Para comenzar, pide a los niños que imiten la postura de una rana. Deben sentarse, preferiblemente en el suelo, con la espalda recta, los brazos a ambos lados del cuerpo y las piernas cruzadas frente a ellos. De este modo, adoptarán una postura cómoda que les permitirá concentrarse más fácilmente en el ejercicio, además de mejorar su respiración. Para hacerlo más divertido, puedes pedirles que imaginen estar en un hermoso lago, describiendo la vegetación y algunos detalles del entorno para que puedan recrear el lugar con mayor facilidad.
- Invítalos a tomar conciencia de su cuerpo.
Una vez que los niños estén cómodos en la postura, anímalos a quedarse quietos como lo haría una rana. Pídeles que presten atención a lo que sucede a su alrededor y que se enfoquen en las sensaciones que experimentan. ¿Notan el aire sobre su piel? ¿Escuchan tu voz? ¿Son conscientes de cómo respiran? ¿Pueden sentir el contacto del suelo bajo sus pies? El objetivo es que los pequeños se concentren en el momento presente y logren desconectarse de cualquier distracción externa.
- Anímalos a respirar como una rana.
Cuando veas que los niños están empezando a concentrarse, pídeles que respiren imitando a una rana. Diles que inhalen lentamente por la nariz mientras sienten cómo se infla su abdomen y que exhalen suavemente por la boca mientras su barriga vuelve a su estado normal. Para ayudarlos a enfocarse en su respiración, invítalos a poner sus manos sobre el abdomen para que puedan notar cómo sube y baja con cada respiración. Este simple gesto les ayudará a ser más conscientes de su respiración.
- Ayúdales a tomar conciencia de sus emociones.
En este momento, cuando los niños ya estén más relajados, enfoca su atención en sus emociones. Pídeles que reflexionen sobre cómo se sienten en ese instante. ¿Son emociones positivas o negativas? Si están experimentando sentimientos negativos, anímalos a soltarlos mientras siguen centrados en su respiración y en el movimiento de su abdomen.
Una opción divertida para variar la técnica de la rana es pedirles a los niños que, en lugar de sentarse en silencio, se pongan en cuclillas y salten como una rana. Después de unos saltos, sugiéreles que se detengan, respiren profundamente y se enfoquen en las sensaciones de su cuerpo.
Beneficios de la «técnica de la rana»:
- Reducción del estrés y la ansiedad: La práctica regular de la Técnica de la Rana ayuda a los niños a reducir el estrés y la ansiedad al aprender a manejar sus emociones de manera efectiva.
- Mejora de la concentración: La atención plena promovida por esta técnica ayuda a los niños a mejorar su capacidad de concentración y atención, lo que es beneficioso tanto en la escuela como en la vida cotidiana.
- Fomento del autocontrol: La Técnica de la Rana les da a los niños herramientas para tomar decisiones más conscientes y evitar reacciones impulsivas.
- Mejora de las relaciones interpersonales: Al aprender a comunicarse de manera más efectiva y expresar sus emociones de manera saludable, los niños pueden mejorar sus relaciones con los demás.
- Desarrollo de la empatía: La atención plena también puede fomentar la empatía al ayudar a los niños a comprender mejor sus propias emociones y las de los demás.
La «técnica de la rana» de Eline Snel es una valiosa herramienta para ayudar a los niños a cultivar la atención plena y el autocontrol en un mundo cada vez más acelerado y demandante. Esta técnica ofrece beneficios significativos en términos de reducción del estrés, mejora de la concentración, desarrollo del autocontrol y mejora de las relaciones interpersonales. Como resultado, los niños pueden enfrentar los desafíos de la vida cotidiana de manera más calmada y consciente, sentando las bases para un futuro más saludable y equilibrado.
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