Existen múltiples razones por las cuales el repaso es fundamental. En primer lugar, nos permite consolidar el conocimiento adquirido. Durante el año escolar, es común que se acumulen numerosos temas y habilidades. Sin embargo, el cerebro necesita tiempo y práctica para procesar y retener esa información de manera duradera. Al repasar, se refuerzan las conexiones neuronales y se fortalecen los recuerdos, lo que ayuda a fijar el conocimiento en la memoria a largo plazo.
Además, el repaso es esencial para identificar lagunas en el entendimiento. A menudo, cuando se estudia un tema, se pueden pasar por alto algunos detalles o conceptos más complejos. Al repasar, se tienen nuevas oportunidades de detectar y abordar esas áreas problemáticas. Esto brinda la posibilidad de revisar los apuntes, consultar fuentes adicionales o buscar la ayuda de profesores o compañeros de clase para aclarar dudas y reforzar los puntos débiles.
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