El aula es mucho más que un lugar donde aprender contenidos académicos: es un espacio en el que los alumnos pasan gran parte de su día, conviven con sus compañeros y viven experiencias emocionales intensas. Por ello, es fundamental que la clase se convierta en un entorno seguro, acogedor y respetuoso, donde cada estudiante se sienta libre de expresar lo que siente sin miedo a ser juzgado.

Con este propósito, proponemos la creación de una colección de carteles titulada “Nuestra clase, nuestro espacio seguro”.

Cada cartel contiene un enunciado breve y positivo que recuerda a los alumnos que todas las emociones son válidas y que el aula es un lugar donde aprender a reconocerlas, expresarlas y gestionarlas.

Garantizar que los alumnos se sientan seguros en el aula es esencial, ya que pasarán muchas horas de su vida en ese entorno. Cuando un niño o adolescente percibe que su clase es un lugar donde puede mostrarse tal como es, expresar lo que siente y recibir apoyo, desarrolla mayor confianza en sí mismo y en los demás. Además, este ambiente fomenta la cohesión grupal, la empatía y la tolerancia, valores clave para la convivencia. También contribuye a mejorar la atención y el aprendizaje, pues los estudiantes que se sienten comprendidos y respetados están más motivados y abiertos a aprender.

Convertir la clase en un espacio seguro no significa evitar los conflictos o las emociones difíciles, sino dar herramientas para gestionarlas en un ambiente de respeto y acompañamiento. Estos carteles son una forma sencilla, visual y efectiva de recordar que cada emoción tiene su lugar, y que juntos podemos construir un espacio donde sentirse acogido y en paz.