La infancia es un periodo en el que los niños exploran no solo el mundo que los rodea, sino también sus propias emociones. El autocontrol, especialmente en situaciones de impulsividad e ira, es una habilidad crucial que se puede enseñar de manera efectiva a través de estrategias creativas y dinámicas. Una de estas estrategias es la «técnica del volcán», que no solo ofrece una manera emocionante de aprender, sino que también brinda a los niños herramientas para gestionar sus emociones de manera constructiva.
Como sabéis, antes de la erupción de un volcán, se produce un gran temblor interno que precede a una explosión y expulsión de gran cantidad de lava desde la boca del volcán. Esta técnica utiliza este símil, a cuando las personas presentamos ciertas sensaciones internas antes de “explotar” y realizar una conducta disruptiva. Con ello pretende, que los niños sean capaces de identificar y reconocer estos cambios fisiológicos que producen los estados de ira y frustración. Antes de que sus emociones se descontrolen, en su estómago sentirá calor y sensaciones que le indicarán que está a punto de “estallar”, al igual que pasa en una erupción. La técnica se basa en controlar y calmar las sensaciones antes de que “erupcione” el volcán.
Los pasos a seguir para llevar a cabo esta técnica son los siguientes:
Paso 1: Explicar al niño o la niña qué es y cómo funciona un volcán. Para ello se pueden usar imágenes y vídeos. Es importante que se fijen en que primero se produce un temblor, que precede a una erupción de lava. La clave del autocontrol está en reconocer ese temblor previo.
Paso 2: Reconocimiento de emociones. Antes de que el volcán entre en erupción, es fundamental hablar sobre las emociones que los niños pueden experimentar, como la frustración, la ira o la impulsividad. Es importante, ayudar a que los niños reconozcan las situaciones de estrés que les hacen sentir enfado y que pueden llegar a desencadenar la erupción de su propio volcán interior.
Paso 3: Reconocer qué sienten en ese momento. La idea es ayudar a los niños a identificar las sensaciones internas previas al estallido (calor, aumento de las palpitaciones, respiración acelerada, tensión muscular, etc.) Si entienden los cambios que ocurren en sus cuerpos, podrán prever lo que ocurrirá.
Paso 4: Dibujamos un volcán de ejemplo, para que luego cada niño dibuje el suyo y lo coloree de la manera que más le apetezca. En la base del volcán ponemos las “cosas que me enfadan” y en la zona superior, como si fuera la lava, las “cosas que pasan cuando me enfado” .
Paso 5: Es aconsejable combinar esta técnica con la respiración o con la cuenta hasta 10 o 20 para que el niño aprenda a gestionar la emoción y no reprimirla. Deben tener claro que enfadarse no es malo, siempre y cuando sepamos qué hacer con ese enfado.
La técnica del volcán se convierte en una herramienta poderosa para el autocontrol emocional. Al proporcionar a los niños una forma tangible y emocionante de comprender y gestionar sus emociones, se sientan las bases para un futuro donde puedan enfrentar los desafíos con calma y empatía.
A continuación, os comparto un interesante artículo con diferentes técnicas de relajación para niños (haz click sobre la imagen):
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