Los mandalas pueden resultar una herramienta muy buena no solo para entretener y calmar a una persona mediante su coloreado, sino también para educar. Cada día más personas utilizan los mandalas para meditar, pero además de este factor más “místico” o espiritual, estas figuras pueden traer múltiples ventajas en el campo educativo.
Son numerosos los beneficios que se obtienen de trabajar con mandalas como desarrollar la psicomotricidad fina de manos y dedos, favorecer la creatividad y la imaginación, trabajar con diferentes conceptos geométricas como círculos o estrellas y propiciar el aumento del niño al permitir que crea algo único y propio. En definitiva, colorear mandalas es una excelente tarea para ejercitar la estimulación cognitiva.
Por eso, en la actualidad son un recurso que se utiliza tanto en el aula como en casa para trabajar la atención y los concentración de los niños.
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