Trabajar el Día de la Discapacidad en el aula es una oportunidad esencial para construir una escuela que no solo sea inclusiva en su organización, sino también en su forma de mirar y de sentir. Dedicar tiempo a este día permite al alumnado comprender que la diversidad está presente en sus propios compañeros, en sus familias y en la sociedad, y que reconocerla es el primer paso para aceptarla con naturalidad. Muchas veces, las diferencias permanecen en silencio, sin ser nombradas, y eso provoca que ciertos alumnos se sientan invisibles o mal comprendidos. Poner palabras, historias e imágenes a estas realidades hace que la clase sea un entorno más seguro, más humano y más respetuoso.
La proyección de cortometrajes es especialmente poderosa porque ofrece una vía emocional directa para conectar con la empatía. Los personajes, sus vivencias y sus retos permiten al alumnado identificarse con ellos, comprender su mundo interior y reflexionar sobre los prejuicios o estereotipos que pueden existir en su entorno. Los cortos desactivan ideas equivocadas que asocian la discapacidad únicamente con dependencia o fragilidad, mostrando que cada persona tiene talento, deseos y un gran potencial si cuenta con los apoyos adecuados. Después del visionado, los estudiantes suelen expresar que han comprendido mejor lo que significa incluir, acompañar y respetar.
Este trabajo también enlaza de manera directa con los valores educativos de la LOMLOE y con la filosofía de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, especialmente con el compromiso de garantizar una educación de calidad, equitativa e inclusiva. No se trata de una actividad puntual, sino de un punto de partida para reforzar actitudes que deberían acompañar a la vida del aula durante todo el curso: cuidar las palabras que usamos, invitar a participar a los compañeros que suelen quedarse al margen, ofrecer ayuda sin condescendencia y reconocer el valor que cada persona aporta al grupo.
Para que esta experiencia no se quede solo en el impacto emocional de los cortos, es fundamental acompañarla de actividades que permitan profundizar en la reflexión y transformar esas emociones en aprendizajes reales. A continuación, te propongo un conjunto de actividades complementarias que pueden desarrollarse antes, durante y después del visionado, dependiendo de la dinámica de tu grupo y del tiempo disponible.
1. Debate guiado tras la proyección
Invita al alumnado a expresar qué escenas les han impactado más, cómo se han sentido y qué han aprendido. Este diálogo permite verbalizar emociones y desmontar prejuicios de forma natural.
2. Rutina de pensamiento “Veo – Pienso – Me pregunto”
Pídeles que escriban qué han visto en el corto, qué piensan sobre la historia y qué preguntas les surgen. Es una excelente herramienta para ordenar ideas y favorecer un pensamiento crítico respetuoso.
3. Carta a un personaje del corto
Cada alumno escribe una carta dirigida a uno de los protagonistas, expresando ánimo, reflexiones o propuestas. Esta actividad desarrolla la empatía y la expresión escrita.
4. Final alternativo del cortometraje
Los estudiantes pueden imaginar otro desenlace, planteando cómo cambiarían las cosas si los compañeros actuaran de manera más inclusiva. Es ideal para fomentar la creatividad y el pensamiento ético.
5. Creación de un cómic sobre inclusión
En parejas o de forma individual, elaboran una tira cómica que represente una situación de exclusión y cómo debería resolverse de forma respetuosa.
6. Mural de la diversidad
Cada alumno dibuja una persona con una característica diferente que aporte riqueza al grupo. Todos los dibujos forman un mural común que simboliza que la diversidad es un valor.
7. Carteles de campaña inclusiva
Los grupos diseñan carteles motivadores con frases positivas, mensajes contra el bullying o recordatorios de actitudes respetuosas. Se pueden colocar en el aula o en pasillos.
8. Miniretos de empatía
Con mucha sensibilidad, se realizan pequeñas actividades para comprender ciertas dificultades: escribir con la mano no dominante, leer con ruido de fondo o completar una tarea con una pequeña limitación visual. Después se reflexiona sobre lo sentido.
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CUERDAS
Es un cortometraje español que narra la historia de María, una niña alegre y creativa, y un niño con parálisis cerebral que llega nuevo a su colegio. Aunque el resto de compañeros no sabe cómo relacionarse con él, María decide acercarse y, con ayuda de su imaginación, crea un mundo de juegos donde ambos pueden participar por igual. A través de cuerdas, la niña logra que su nuevo amigo pueda “moverse”, jugar y reír junto a ella. El corto muestra con mucha sensibilidad la inclusión, la amistad y la capacidad de ver más allá de las limitaciones, transmitiendo un mensaje profundo sobre el valor de aceptar y acompañar a los demás.
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IAN
Es un cortometraje animado inspirado en una historia real que muestra el día a día de un niño con discapacidad motora que desea jugar con los demás niños del parque. Aunque quiere participar y formar parte del grupo, se enfrenta continuamente al acoso escolar, las burlas y la exclusión. A través de una narración emotiva y visualmente poderosa, el corto refleja cómo Ian lucha contra esas barreras, no solo físicas, sino también sociales.
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LOS ZAPATOS DE LUIS
Es un cortometraje emotivo que narra la historia de Luis, un niño con autismo que vive el mundo de una manera diferente a la de sus compañeros. Sus rutinas, su sensibilidad y su forma particular de comunicarse hacen que a veces los demás no lo comprendan. A través de sus zapatos, que simbolizan su recorrido diario y sus desafíos, el corto invita al espectador a ponerse “en su lugar” y mirar la realidad desde su perspectiva.
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TAMARA
Cuenta la historia de una niña sorda que sueña con convertirse en bailarina. Aunque no puede escuchar la música como los demás, siente el ritmo de una manera única: a través de las vibraciones, de su imaginación y de la fuerza de su propio corazón. El cortometraje muestra cómo Tamara lucha contra los límites que otros creen que tiene y cómo, con perseverancia y creatividad, encuentra su propio camino hacia la danza.
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EL REGALO
Es un cortometraje que gira en torno a un niño que recibe un sorprendente regalo: un pequeño perro que tiene una de sus patas amputada. Al principio, el niño rechaza al cachorro porque no es “como los demás”, pero poco a poco empieza a descubrir la fortaleza, la alegría y la capacidad de adaptación del animal. A través de esa relación, el protagonista aprende una valiosa lección sobre aceptación personal, diversidad funcional y la capacidad de encontrar belleza y valor en aquello que es diferente.
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MI HERMANO LUCA
Es un cortometraje que muestra la relación entre una niña y su hermano pequeño, Luca, que tiene autismo. A través de los ojos de la hermana, el corto explica con ternura cómo Luca percibe el mundo de una manera única: con mayor intensidad, sensibilidad y a veces con dificultad para comunicarse o relacionarse como los demás esperan.
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SCARLETT
Es un cortometraje que retrata la lucha interior de una niña que ha perdido una pierna a causa del sarcoma de Ewing, un tipo de cáncer óseo que afecta principalmente a niños y adolescentes. La historia muestra con delicadeza cómo la amputación no solo implica un enorme desafío físico, sino también un profundo impacto emocional. Scarlett debe enfrentarse al miedo, la tristeza, la inseguridad y al sentimiento de aislamiento propio de una etapa tan vulnerable. El corto subraya la importancia de la representación en los medios y cómo ver personajes que viven experiencias similares puede ofrecer a estos niños esperanza, fuerza y un sentido de pertenencia en momentos en los que pueden sentirse solos o diferentes.
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LOS COLORES DE LAS FLORES
Presenta la historia de Diego, un niño ciego de nacimiento que recibe en clase una tarea aparentemente imposible: escribir una redacción sobre el color de las flores. Ante este reto, Diego demuestra que la percepción va mucho más allá de la vista y utiliza el resto de sus sentidos, el tacto, el olfato, el oído y sus emociones, para construir una descripción única y profundamente personal.

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