Hoy traigo una propuesta que ya hemos trabajado en otras ocasiones y que siempre triunfa en el aula: una actividad para desarrollar la creatividad, la imaginación y la flexibilidad cognitiva a través del dibujo. En esta ocasión, la hemos ambientado en Halloween.
La dinámica parte de un lema que nuestros alumnos ya conocen muy bien: “No es lo que parece…”. Les entregamos una hoja con una parte de un dibujo incompleto. A partir de esa forma inicial, ellos deberán crear un dibujo totalmente diferente, dejando volar su imaginación y alejándose del objeto típico que se espera ver. Lo importante es que se atrevan a probar ideas nuevas, a reinterpretar la realidad y a descubrir que una misma forma puede tener muchos significados distintos.
En el contexto de Halloween, la propuesta se vuelve aún más divertida. Partimos de elementos que enseguida relacionamos con esta fiesta, pero la misión de los artistas es romper la asociación automática y transformar ese pequeño fragmento en algo inesperado: como una calabaza en un ovni. ¡Las posibilidades son infinitas! Y lo más emocionante es que cada alumno dará respuesta a su manera, y todas serán válidas.
Este tipo de actividad no solo impulsa la creatividad plástica, sino que también fortalece la capacidad de los niños para resolver problemas, reinterpretar información visual, arriesgarse con nuevas ideas y expresar su pensamiento divergente. Además, se puede trabajar de manera individual o compartir los resultados en gran grupo para generar conversación, explicar los procesos creativos y aprender unos de otros.
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Dibujos creativos No es lo que parece especial Halloween
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