Realizar dinámicas creativas en los primeros días de clase después de las vacaciones es fundamental porque ayudan a reconectar a los alumnos con el ritmo escolar y a favorecer la adaptación a un nuevo grupo o maestro. Tras un periodo de descanso, los niños necesitan espacios que les permitan expresarse, sentirse escuchados y recuperar la confianza en el entorno escolar. Estas actividades no solo rompen el hielo y reducen la ansiedad del regreso, sino que también fortalecen la cohesión del grupo, promueven la comunicación y establecen un clima positivo en el aula desde el primer momento. Además, permiten al docente conocer mejor a sus estudiantes, sus intereses, expectativas y necesidades, lo que facilita planear experiencias de aprendizaje más significativas a lo largo del curso.