La temporada navideña es un momento mágico lleno de tradiciones que unen a las familias y las comunidades. Entre las actividades más apreciadas se encuentra la creación y decoración de los belenes, representando la esencia del espíritu navideño. Los belenes, originarios del siglo XIII, son una tradición que ha perdurado a lo largo de los siglos. Al introducir a los niños en la creación de los portales de Belén, se les conecta con una práctica cultural y religiosa que ha sido parte integral de la temporada navideña durante siglos.

Colorear los portales de Belén es más que una actividad artística; es una oportunidad para que los niños expresen su creatividad. A través de la elección de colores, detalles y decoraciones, pueden dar vida a su propia interpretación de este símbolo navideño.

El acto de colorear no solo despierta la creatividad, sino que también fortalece las habilidades motoras finas en los niños. Sujetar y controlar los lápices de colores o crayones mejora la destreza manual, preparándolos para tareas más complejas en su desarrollo académico.

Además, colorear requiere concentración y atención a los detalles. Los niños aprenden a ser pacientes y a dedicar tiempo y esfuerzo a una tarea específica. Estas habilidades son transferibles a otras áreas de su vida académica y cotidiana.