Nos encontramos en las últimas semanas de clase, y para hacer más amenos estos días, os proponemos un sencillo ejercicio para trabajar la atención con dibujos veraniegos. El objetivo de la actividad es que el alumno sea capaz de colorear los helados repitiendo un código de colores.
La capacidad de atención es diferente entre un niño y un adulto. Una peculiaridad del proceso cognoscitivo infantil es la capacidad de atención activa. Esta capacidad permite prestar atención a la información necesaria ignorando las distracciones. La capacidad de atención activa se amplía entre los cuatro y los siete años. Es por esto, que si bien la atención puede ser ejercitada y potenciada en todas las edades, ése sería el mejor período para hacerlo.
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