Los laberintos además de ser un divertido pasatiempo, son un recurso que se utilizan frecuentemente para trabajar la atención con los más peques.
Con apenas un lápiz y una goma de borrar, los niños pueden pasar horas intentando encontrar el camino hacia la salida de un laberinto. Conseguir salir de un laberinto dependerá mucho de la habilidad que tenga el niño, más que de su edad, aunque por lo general, es un juego que está indicado a niños a partir de los 4 años.
Deja una respuesta