Cada 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental. Aunque a menudo lo asociamos con el mundo adulto, es fundamental recordar que los niños también tienen salud mental. Sus emociones, preocupaciones y miedos forman parte de su desarrollo y merecen la misma atención que su bienestar físico.
En la infancia, muchas veces se piensa que los problemas emocionales “son cosas de niños” o que “se les pasará con el tiempo”. Sin embargo, identificar y acompañar de forma temprana las dificultades relacionadas con la ansiedad, las preocupaciones o la tristeza es clave para prevenir futuros problemas y fortalecer su capacidad de resiliencia.
Los niños, igual que los adultos, experimentan estrés, ansiedad, miedos e inseguridades. A veces se manifiestan con rabietas, falta de concentración, problemas de sueño o un bajo rendimiento escolar. En otras ocasiones, pueden expresarse en silencio: retraimiento, falta de motivación o tristeza constante.
Una forma cercana y efectiva de trabajar la salud mental en niños es a través de los cuentos. La literatura infantil abre la puerta a:
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Identificación: los niños ven reflejados sus miedos y emociones en personajes.
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Normalización: comprenden que no son los únicos que sienten ansiedad, rabia o tristeza.
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Expresión: los cuentos ofrecen un lenguaje sencillo para hablar de lo que sienten.
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Estrategias: muchas historias muestran recursos prácticos para manejar emociones.
Profesores y familias tienen en sus manos la posibilidad de crear espacios seguros para hablar de emociones. Dedicar unos minutos en clase a la lectura de un cuento, abrir un pequeño debate sobre cómo se sienten los personajes o invitar a los niños a dibujar su emoción del día son prácticas sencillas con un gran impacto.
En casa, leer juntos por las noches un libro sobre emociones puede convertirse en un ritual que fortalezca el vínculo y facilite la comunicación emocional.
Los cuentos no solo entretienen: también son herramientas poderosas de educación emocional. A través de la lectura, ayudamos a los más pequeños a reconocer sus sentimientos, ponerles nombre y aprender a gestionarlos. Y, sobre todo, les transmitimos el mensaje de que no están solos en lo que sienten. Por ello, a continuación, os comparto algunas propuestas destinadas a este fin.
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El monstruo de colores (Anna Llenas)
Un clásico en educación emocional. Cada emoción se representa con un color, lo que ayuda a los niños a reconocer lo que sienten. -
Tengo un volcán (Míriam Tirado)
Cuenta la historia de Alba, una niña que explota con rabietas porque tiene “un volcán dentro”. Ayuda a entender la ira y aprender a calmarse. -
Tengo un nudo en la barriga (Alberto Soler)
Un cuento que explica de manera sencilla qué es la ansiedad. Ayuda a los niños a reconocer esas sensaciones de nervios, miedo o preocupación y a descubrir cómo pueden manejarlas. -
Ansiedad, a mí también me pasa (Iris Pérez-Bonaventura)
Un relato cercano que muestra cómo la ansiedad también aparece en la juventud. Normaliza este sentimiento y ofrece recursos prácticos para afrontarlo. -
¿Qué puedo hacer cuando me preocupo demasiado? (Dawn Huebner)
Es un cuento-taller con ilustraciones y actividades, pensado para niños de 6 a 12 años. Les da herramientas para manejar la ansiedad. -
Fufú y el abrigo verde (Consalud Mental España, descarga gratuita)
Relato de un conejito que ayuda a los niños a comprender la enfermedad mental en la familia. Muy recomendable en entornos escolares.
DESCARGA AQUÍ «FUFU Y EL ABRIGO VERDE»
Fufú y el abrigo verde
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