Los primeros días de colegio pueden generar ansiedad en niños y niñas, ya sea porque se enfrentan a un nuevo curso, un cambio de etapa o simplemente al hecho de separarse de su entorno familiar tras las vacaciones. Es normal que aparezcan nervios, inseguridades o incluso síntomas físicos como dolor de barriga o dificultad para dormir. La clave está en acompañarles de manera positiva para que este periodo de adaptación se convierta en una experiencia enriquecedora.

Señales de ansiedad infantil

Algunas conductas habituales que pueden indicar ansiedad son:

Llanto excesivo o resistencia a entrar en clase.
Cambios en el apetito o en el sueño.
Dolor de estómago o de cabeza sin causa médica clara.
Irritabilidad, rabietas o mayor necesidad de apego.

Detectarlas a tiempo permite actuar con estrategias sencillas y efectivas.

Recomendaciones para padres

Transmitir seguridad: los niños perciben el estado emocional de los adultos; mantener la calma y hablar con confianza les ayuda.
Establecer rutinas: horarios de sueño, comida y juego regulares favorecen la sensación de control.
Validar emociones: es importante no minimizar el miedo, sino reconocerlo (“entiendo que estés nervioso, es normal”) y ofrecer apoyo.
Preparar el inicio: visitar el colegio, preparar juntos el material o contar cuentos relacionados con la escuela reduce la incertidumbre.

Estrategias para profesores

Acogida afectuosa: recibir a cada alumno con una sonrisa y una breve palabra personal marca la diferencia.
Ambiente seguro y predecible: explicar las rutinas y reglas de manera clara ayuda a disminuir la incertidumbre.
Actividades de integración: juegos cooperativos, dinámicas de presentación o canciones favorecen la conexión entre iguales.
Comunicación con las familias: mantener un canal abierto de información evita malentendidos y permite trabajar de manera conjunta.

A continuación, os propongo una serie de técnicas de relajación que os pueden ayudar tanto en casa como en el aula a gestionar estos temidos nervios de los primeros días de clase.