El inicio de un nuevo curso escolar no solo supone un punto de partida para el alumnado, sino también una oportunidad esencial para fortalecer la relación entre el centro educativo y las familias. La primera reunión se convierte en un espacio clave de encuentro, donde se establecen las bases de la comunicación, la confianza mutua y la corresponsabilidad en el proceso educativo.
Este momento inicial permite al profesorado presentar los objetivos del curso, la metodología de trabajo, las normas de convivencia y las expectativas comunes, al tiempo que ofrece a las familias un espacio para expresar inquietudes, plantear dudas y compartir sus expectativas. De esta manera, se crea una alianza educativa que trasciende lo meramente académico y se centra en el bienestar integral del alumnado.
La participación activa de las familias en esta reunión contribuye a generar un clima de colaboración y cercanía, reforzando la idea de que la educación es una tarea compartida. Además, sirve para transmitir seguridad a los estudiantes, que perciben la unidad entre escuela y hogar como un apoyo fundamental para su crecimiento. Por ello, cuidar la organización, el tono y la dinámica de este primer encuentro es una inversión que repercutirá de forma positiva en la convivencia y el desarrollo del curso escolar.
A continuación, os comparto una serie de ideas y propuestas que os pueden facilitar el desarrollo de la primera reunión familiar del curso escolar.
1. Bienvenida cálida y visual
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Coloca en la pizarra o un cartel grande un mensaje como “Gracias por venir, este curso lo construimos juntos”.
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Entrega una tarjeta o post-it para que cada familia escriba una palabra que represente lo que esperan del curso. Luego se colocan en un mural.
2. Rueda de presentaciones rápidas
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Pide a cada familia que diga su nombre, el de su hijo/a y una palabra que defina cómo llegan al nuevo curso.
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Favorece un clima cercano y rompe el hielo.
3. Expectativas compartidas
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Entrega una ficha dividida en dos partes:
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“Lo que espero del colegio”
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“Lo que puedo aportar como familia”
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Luego recoge y elabora un mural con compromisos conjuntos.
4. Dinámica del contrato simbólico
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Presenta una cartulina con frases incompletas:
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“Como familias nos comprometemos a…”
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“Como profesorado nos comprometemos a…”
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Entre todos, se rellenan y firman como un pacto educativo.
5. Juego de los valores
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En mesas, reparte tarjetas con valores (respeto, esfuerzo, responsabilidad, empatía, autonomía…).
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Cada grupo elige los tres más importantes para el curso y los pega en un panel.
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Sirve para alinear principios educativos.
6. Presentación dinámica de la programación
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En lugar de una lectura larga, usa esquemas visuales (infografía, diapositivas con iconos, un “mapa del curso” con hitos).
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Propón una breve dinámica de pregunta-respuesta tipo kahoot, tarjetas rojas-verdes o lluvia de preguntas para aclarar dudas.
7. Círculo de inquietudes
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Haz un círculo y reparte una pelota pequeña.
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Quien la tenga puede expresar una preocupación, una pregunta o una sugerencia.
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El resto escucha sin interrumpir → fomenta confianza y escucha activa.
8. Dinámica de los deseos para sus hijos
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En una tarjeta en forma de estrella o corazón, cada familia escribe un deseo para su hijo/a este curso.
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Se leen de manera anónima y se guardan en un mural “Nuestros sueños para este curso”.
9. Cierre motivador
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Termina con un breve vídeo motivacional sobre educación o un mensaje positivo.
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Opcional: entrega una pequeña tarjeta con una frase inspiradora (ej.: “Juntos hacemos crecer el futuro”).
10. Propuesta extra: Café educativo
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Si el tiempo y la logística lo permiten, organiza al final un pequeño espacio con café/té y galletas para seguir charlando de manera informal.
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Refuerza vínculos y genera cercanía.
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