Hoy te comparto un recurso lúdico y muy refrescante: un Memory de helados, diseñado especialmente para estimular la atención, la memoria visual y la concentración de los más pequeños mientras se divierten.
El funcionamiento es muy sencillo, como en todo juego tipo “Memory”: se reparten las cartas boca abajo y, por turnos, cada jugador levanta dos. Si los helados son iguales, ¡tiene un acierto y puede volver a jugar! Si no, las vuelve a dejar en su sitio, y el turno pasa al siguiente jugador. El objetivo es memorizar la posición de las cartas para formar todas las parejas posibles.
Este tipo de juegos no solo entretienen, sino que fomentan el desarrollo cognitivo, especialmente en edades tempranas. Además, al estar ilustrado con simpáticos helados de diferentes formas y colores, atrae la atención visual de forma natural, convirtiéndose en un recurso perfecto para utilizar en el aula, en casa o incluso como actividad especial en verano.
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